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NATURALEZA FEMENINA


Como mujer, he experimentado aquello inculcado por la sociedad, aquello que una mujer debe hacer inconscientemente: Rechazar su poderosa naturaleza. Con el paso del tiempo, la vida me ha ido mostrando pequeñas llaves, cada una proviene de una gran maestra. La más poderosa y hermosa que soy capaz de reconocer hasta ahora, es la Madre Tierra.

Re-conectar con la Tierra es el mayor regalo que una se puede hacer a si misma. Aquí es donde empezamos a descubrir, una vez más, nuestro potencial como creadoras, pues somos "Alpa Camasca" (Tierra viviente). Latimos a son de corazón, de intuición, de receptividad. Como la Tierra nos expandimos y nutrimos, pues somos el canal por el cual la vida crece y se materializa. Y con la Luna jugando al son de la Tierra, nos sincronizamos a sus ciclos, como la marea de este océano de vida.

Cuando conectamos con nosotras mismas, tenemos la suerte de poder observar nuestros ciclos, las fases mentales y emocionales por las que viajamos momento a momento. Empezando por reconciliarnos con nuestro órgano sagrado, el útero, allí donde la vida crece y genera un nuevo ciclo, allí donde cogemos fuerzas, nos cargamos de energía, limpiamos, regeneramos, y volvemos a empezar. Allí donde conectamos con la energía ancestral de todas las mujeres, no solo de nuestro linaje, sino con las mujeres de todos los tiempos. Llevamos impregnado una sensación de dolor, y hemos venido hasta aquí para ayudar a sanar a todas aquellas mujeres que hoy viven dentro de nosotras, y que seguirán viviendo dentro de nuestras hijas, así como de nuestra Madre Tierra. Es por ello que debemos sanar-nos, no solo a nosotras, sino a todas las mujeres que nos preceden, por ellas y por las que vendrán.

Llevar conciencia a nuestro útero, amar nuestro centro, equilibrarnos con él y sincronizarnos al latido de la Tierra, de la creación, nos ayudará a poder relacionarnos de una forma más sana y sin competencias entre nosotras. La naturaleza femenina es cooperar, abrazar nuestra esencia reflejada en todo lo que nos rodea, es fortaleza, es unión, es compartir, es sentir.

Agradezco a cada mujer que forma parte de mi vida el latir al unísono, el llevar a cabo esta bonita labor, juntas, de la mano. Agradezco a mi madre, por mostrarme a su manera, el poder de la mujer. Y me agradezco a mi misma el revolucionarme contra los patrones establecidos, que nos atormentan y que aún nos intentan dominar, por querer cambiar nuestro mundo, entre nosotras.

Os invito a indagar en las raices que nos unen, podemos jugar juntas y re-descubrirnos.

¿Te animas?

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